Hoy, en el Patio de los Ilustres de la Salud en Melchor Ocampo, Estado de México, se llevó a cabo un evento de gran significado y emoción. La develación de un busto en honor a una mujer cuya trayectoria en el campo de la ciencia y sus invaluables aportes al bienestar y la salud de nuestra sociedad han dejado una huella indeleble en todos los ámbitos en los que ha trabajado. Este reconocimiento, que la honra como una de las figuras más destacadas de su generación, no es solo un tributo a sus logros pasados, sino también a la inspiración que sigue ofreciendo a las futuras generaciones.
Con una carrera que abarca años de dedicación al servicio de la salud, esta gran profesional ha sido un pilar en el avance de la ciencia y el bienestar de las personas. Su incansable trabajo en la investigación, sus aportes innovadores y su compromiso con la mejora de la calidad de vida de la comunidad han marcado un antes y un después en la manera en que entendemos y tratamos los desafíos de la salud en México y en el mundo.
La develación de su busto fue, sin duda, un momento de orgullo y emoción para todos los presentes. Con un rostro que refleja no solo la seriedad de su trabajo, sino también la calidez de su dedicación y amor por lo que hace, el busto es un símbolo palpable de su legado, un legado que ha sido construido con años de esfuerzo, perseverancia y una inquebrantable vocación de servicio.
A lo largo de su carrera, ha sido reconocida en numerosas ocasiones, pero este homenaje es quizás uno de los más significativos, ya que resalta no solo su éxito profesional, sino también su capacidad para inspirar a otras mujeres a seguir sus pasos. Hoy, no solo se honra a una gran científica, sino también a una líder que ha roto barreras y ha demostrado que el camino hacia el éxito está marcado por la pasión, la dedicación y el compromiso con los demás.
En su discurso de agradecimiento, destacó la importancia de la fe y la determinación en el proceso de alcanzar metas. Recordó a todos los presentes que cuando se tiene un objetivo claro, lo primero que se debe hacer es compartirlo con Dios, pues solo con su guía es posible transformar los sueños en realidades. Esta reflexión, tan profunda y llena de esperanza, es un claro reflejo de su filosofía de vida: un equilibrio entre la ciencia, la responsabilidad social y la espiritualidad.
"Este no es solo un reconocimiento personal, es un compromiso con ustedes, con la sociedad y con lo que está por venir", señaló emocionada, mostrando con estas palabras su voluntad de seguir contribuyendo al bienestar colectivo.
Este acto de reconocimiento, que forma parte de los Homenajes a los Grandes Valores 2024, también es un recordatorio de lo lejos que puede llegar una persona cuando se dedica a un propósito noble. La figura de esta científica ejemplar es ahora un ícono de perseverancia, un faro para todas las generaciones que buscan inspiración para seguir adelante, especialmente para las mujeres que encuentran en su ejemplo una razón para creer en sus propias capacidades.
Con la develación de este busto, se ha inmortalizado a una mujer que ha dedicado su vida al servicio de los demás, sin esperar más recompensa que el bienestar colectivo. Sin duda, este homenaje en su honor es solo un pequeño reflejo de lo que ha dado a la sociedad y del impacto duradero de su obra.
Hoy celebramos no solo sus logros, sino también la oportunidad de seguir aprendiendo de su ejemplo. Un orgullo que forme parte de nuestro top 100 Destacadas mujeres lideres del año 2024, y un recordatorio de que el verdadero impacto en el mundo se construye, paso a paso, con dedicación, amor por lo que uno hace y un firme propósito de servir a los demás.