¿Hacia dónde se dirige la industria maderera canadiense ante la nueva ofensiva arancelaria de EE.UU.?

La industria maderera canadiense enfrenta un desafío significativo debido a la reciente imposición de aranceles por parte de Estados Unidos. El presidente Donald Trump ha anunciado un aumento de los gravámenes a las importaciones de madera blanda canadiense, elevando las tarifas combinadas al 40%. Esta medida se suma a una disputa comercial que se ha prolongado durante casi cuatro décadas, centrada en acusaciones de subsidios injustos y ventas por debajo del valor de mercado.

La respuesta de las empresas canadienses ha sido estratégica. En los últimos años, varias compañías han trasladado sus operaciones al sur de Estados Unidos, atraídas por la abundancia y menor costo de la madera en tierras privadas. Por ejemplo, Canfor ha reducido sus operaciones en Columbia Británica debido a dificultades para acceder a fibra económica, mientras que Weyerhaeuser ha centrado el 80% de su producción de madera en Estados Unidos.

Esta tendencia de deslocalización podría acelerarse con los nuevos aranceles, afectando la capacidad de Canadá para mantener su cuota en el mercado estadounidense. Además, la industria maderera canadiense enfrenta el desafío de reorientar sus exportaciones hacia mercados alternativos, como la región Asia-Pacífico. Sin embargo, esta transición no es sencilla, ya que las infraestructuras actuales están diseñadas principalmente para abastecer al sector inmobiliario de Estados Unidos.

La imposición de estos aranceles también tiene repercusiones en el mercado estadounidense. Se anticipa un aumento en los precios de la madera, lo que podría encarecer la construcción de viviendas en Estados Unidos, afectando tanto a consumidores como a empresas constructoras. Según estimaciones, los precios podrían alcanzar los 765 dólares por cada mil pies tablares, incrementando el costo de una vivienda media en más de 10.000 dólares.

En respuesta a estas medidas, Canadá ha expresado su decepción y ha anunciado represalias comerciales. El gobierno canadiense ha impuesto aranceles del 25% sobre productos estadounidenses por un valor de 29.800 millones de dólares canadienses, incluyendo acero, herramientas y equipos deportivos. Estas acciones buscan presionar a Estados Unidos para que retire los aranceles impuestos al acero y aluminio canadienses.

La situación actual plantea interrogantes sobre el futuro de la industria maderera canadiense y su capacidad para adaptarse a un entorno comercial cada vez más complejo. Mientras tanto, los actores involucrados deberán navegar en este escenario de incertidumbre, buscando soluciones que mitiguen el impacto económico en ambos lados de la frontera.