La tradición del árbol de Navidad y cómo llegó a México

Un elemento que no puede faltar en esta época es el árbol de Navidad; sin embargo, pocos conocen el verdadero origen y significado de esta tradición.

Éste es el símbolo de fertilidad y regeneración, la tradición el árbol navideño se originó en Alemania y se asocia con la fe cristiana, llegando a México alrededor del siglo XIX y convirtiéndose en una gran tendencia decorativa.

Desde tiempos ancestrales, los árboles se han considerado como un símbolo de fertilidad y de regeneración. No obstante, el origen del árbol navideño se remonta al siglo VIII en Alemania, cuando Bonifacio taló un roble dedicado a Thor en la región de Hesse y, tras leer el Evangelio, ofreció un abeto, un árbol de paz que representaba la vida eterna, adornandolo con manzanas y velas. 

A partir de entonces se empezaron a talar abetos durante la Navidad para adornar las casas. Pero, las ciudades de Tallin en Estonia y Riga en Letonia se disputan el primer encendido del árbol navideño, es decir, en medio de una plaza alrededor de 1510.

Esta tradición llegó a Finlandia en 1800, mientras que a Inglaterra fue en 1829, para luego expandirse al resto de Europa. Con el tiempo, las manzanas y velas se transformaron en adornos y luces, además se asociarse con los regalos de Papá Noel o Santa Claus para los niños.

¿Cómo llegó la tradición del árbol navideño a México?

Aunque la historia indica que fue Maximiliano de Habsburgo quien impuso la tradición de los árboles de navidad en México, existen referencias de que esta práctica ya era realizada antes por algunas familias europeas —principalmente alemanas— establecidas en el país.

Sin embargo, la decoración del árbol en el Castillo de Chapultepec con Maximiliano, causó tal furor que la aristocracia mexicana la adoptó de inmediato, desplazando temporalmente a los nacimientos de su protagonismo.

Tras el fusilamiento de Maximiliano, esta tradición cayó en desuso, aunque el general Miguel Negrete, ministro de guerra durante la presidencia de Benito Juárez, retomó la tradición del árbol en 1878, luego de quedar impresionado por los árboles que conoció durante sus viajes a Europa y Estados Unidos, de modo que la sociedad mexicana retomó nuevamente la costumbre.