La risa es una de las expresiones más inherentes al ser humano, capaz de
reflejar emociones, unir comunidades y cuestionar estructuras de poder. Sin
embargo, a lo largo de la historia, ha sido objeto de control y represión. ¿Qué
significado tiene hoy la risa y qué potencial encierra?
Un episodio emblemático en la historia de la risa ocurrió en febrero
del año 387, en Antioquía, entonces capital de Siria y parte del
imperio romano gobernado por Teodosio el Grande. En aquel tiempo, el emperador
decidió incrementar los impuestos en los territorios ocupados para financiar
obras monumentales en su honor y cubrir los crecientes gastos militares.
La risa como resistencia
Esta medida fiscal generó un profundo descontento entre los antioquenos,
especialmente porque parte de los tributos se destinarían a la fabricación de
coronas doradas para el emperador. La aristocracia local y los miembros de la
asamblea intentaron mediar con las autoridades imperiales para reducir los
impuestos, mientras el pueblo, enardecido, se sumaba a la protesta.
Los espacios públicos, como teatros, baños y el hipódromo, se convirtieron
en focos de discusión y desahogo colectivo. Las tensiones no tardaron en
escalar, alimentadas por la acción de claques profesionales,
grupos especializados en dirigir reacciones populares en eventos públicos.
Estas claques, que fungían como una especie de "animadores" en los
teatros, también tenían la capacidad de manipular las emociones del público,
incluso negando el saludo imperial, un gesto simbólico de lealtad.
La risa como símbolo de poder y desafío
En Antioquía, la risa y el humor se convirtieron en herramientas para
expresar el rechazo popular. Más que una simple reacción emocional, la risa
tenía un carácter político, capaz de desestabilizar y cuestionar la autoridad.
Este evento histórico subraya cómo la risa puede ser un mecanismo de
resistencia frente a situaciones opresivas.
Hoy, en un mundo saturado de información y tensiones sociales, reír sigue
siendo una forma de conectarnos, reflexionar y, en ocasiones, desafiar lo
establecido. La risa, aunque ligera y efímera, puede llevar consigo una carga
crítica que pone en evidencia las contradicciones del poder.
Así, desde Antioquía hasta nuestros días, la risa continúa siendo una
expresión profundamente humana que, más allá del entretenimiento, puede ser un
acto de resistencia y transformación social.