En el corazón de la Zona Hotelera de Cancún, entre las prestigiosas plazas Flamingo y La Isla 2, se erige un edificio que alguna vez simbolizó el lujo y la exclusividad: el antiguo Melody Maker, anteriormente conocido como ME by Meliá y originalmente inaugurado como Meliá Turquesa. Hoy, este imponente inmueble de más de 400 habitaciones yace en el abandono, envuelto en una compleja maraña de problemas legales y financieros que han frenado su revitalización.
Durante sus años dorados, este hotel fue epicentro de eventos de alto nivel, desde desfiles de moda hasta conciertos de artistas internacionales como Miguel Bosé. Sin embargo, tras su cierre, el edificio ha quedado desprotegido, convirtiéndose en refugio de personas sin hogar y, según informes no confirmados, en posible escenario de actividades ilícitas. A pesar de los esfuerzos de las autoridades por vigilar la zona, la magnitud del inmueble dificulta una supervisión exhaustiva, generando preocupación entre empresarios y residentes de áreas exclusivas cercanas, como Isla Dorada, donde las propiedades alcanzan valores millonarios.
La venta y rehabilitación del hotel se han visto obstaculizadas por litigios legales que involucran a importantes acreedores, incluidos Banorte, Sabadell, Bancomext y BBVA. Las supuestas prácticas fraudulentas del empresario Daniel Araf han complicado aún más el proceso, dejando el futuro del inmueble en un limbo jurídico.
La comunidad local expresa su inquietud ante el deterioro de esta emblemática propiedad y su impacto en la imagen turística de Cancún. Mientras tanto, el otrora símbolo de opulencia permanece como un recordatorio silencioso de la volatilidad en el sector inmobiliario y turístico de la región.